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Archivos mensuales: noviembre 2015

Poder y Control en la sociedad ilusionista

28 Sábado Nov 2015

Posted by Patricia C. Mazzucchelli in Ego y enculturación

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En el post “Escultores de la infancia” introducía una percepción sobre la realidad de la niñez, la cual es calzada con zapatos de industrias capitalistas, cuyo objetivo es crear y hacer creer para vender y no para crecer. Con ello me refiero a cómo se va construyendo el ego de cada ser, en un proceso de enculturación más inconsciente que consciente.

Nos encontramos ante una cultura ego·dominante que nos engulle, nos clona, nos homogeneiza, en la que cualquier persona llegará a ser un producto y objeto social antes que sí misma. Es la cultura de lo que se espera de un@ (lo que encaja, al estilo del hemisferio cerebral izquierdo), más que de lo que a un@ le fluye (la creatividad de ser, en consonancia con el hemisferio derecho); esto es, la esencia supeditada al ego.

igor morski niña jaula

Imagen de Igor Morski

Nuestra sociedad controlada y manipulada se asegura la supervivencia de su especie premiando la ego·enculturación en detrimento de la heterogeneidad existencial.A modo de darwinismo social, la cultura dominante premia, estimula, promociona a todo aquel que perpetúa sus tradiciones y excluye, de forma más o menos sutil, al que pretende caminar de otra forma, también señalado por el resto del colectivo.

¿El párrafo anterior podría referirse a la personalidad de muchos centros educativos de nuestro país? Si no fuera así, ¿por qué se habla de pedagogías alternativas y no complementarias? Porque hay una política educativa dominante que excluye otras formas por desmarcarse de su propia idiosincrasia.

Lo que difiere de lo propio no es un error, sino la oportunidad de crear una realidad tan plástica como la neurociencia está demostrando respecto al funcionamiento neuronal del ser humano. Si la educación transita por senderos de hemisferio izquierdo (competencia lingüística, matemática…), por senderos de hemisferio derecho (competencia digital,creatividad al servicio de la competencia tecnológica, de iniciatova,etc.) e incluso por senderos intermedios (competencia comunicativa, social, cívica…), ¿a qué debemos la incoherencia de contemplar al alumnado desde un pensamiento rígido, fosilizado en lugar de plástico y mutable?

Es en la familia y paralelamente en la escuela, donde se inicia al alumnado en los mecanismos de enculturación, poder y control.

Si la educación es un “arma de construcción masiva”, ¿no deberíamos arrojar consciencia en toda la comunidad educativa (alumnado y sus familias,entornos cívicos, profesorado y gestores educativos) de la “esclavitud de pensamiento” en la que se encuentra inmersa?

Igor Morski niño

Imagen de Igor Morski

Quizás la consciencia pueda dar un primer paso, si tenemos presente que la libertad no es poder escoger entre opciones predeterminadas (realidades impuestas), sino reflexionar en cómo generar una ampliación diversificada de realidades más afines a su egsencia. En palabras de Sören Aabye Kierkegaard:

La gente exige la libertad de expresión como una compensación por la libertad de pensamiento, que rara vez utilizan.

¿Sería posible la libertad de pensamiento en una sociedad ilusionista como la nuestra? ¿Se podría educar en la libertad de ser, es decir, la creación de un ego al servicio de la propia esencia, en el empoderamiento de un@ a un@, hasta llegar a un colectivo más consciente que cosificado?

A través de Orwell y Huxley asistimos a dos mecanismos manipuladores de diversa naturaleza e idéntico factor común: el poder y el control sobre la sociedad. Por un frente, la población se vería atacada por la represión, la opresión, la destrucción y la coacción (Orwell) y, por el otro, corrompiendo la idea transgresora y liberadora, la sociedad sería envuelta en nubes edulcoradas de perversos placeres (Huxley); perversos porque el exceso conduce al defecto.

Pero, ¿quién ejerce el poder y el control? ¿Hablamos de grandes corporaciones, gobiernos, oligarquías, mass-media…? En palabras de Foucault:

El poder es cualquier tipo de relación en la que uno intenta dirigir la conducta del otro. Estas relaciones son móviles, inestables, sujetas a modificación. Cuando quedan bloqueadas y fijadas impidiéndose la reversibilidad que las caracteriza, nos encontramos con un estado de dominación.

Ante tal realidad social de luces y sombras, el entorno presencial (offline) y virtual (online), puede erigirse como una red perpetuadora de estructuras oligárquicas o como una red de motivación ideológica que posibilite los principios aludidos en la “Declaración de la Independencia del Ciberespacio” de Barlow.

Una vez escuché que las personas incorporamos dos tipos de educación, una la que recibes y otra la que te procuras. ¿Dónde se aprende la segunda?

El egsencialismo, como paradigma educativo, propone una mirada ecléctica e integradora de ego/esencia, hemisferio izquierdo/derecho, donde las polaridades convergen, interactúan, se descubren y se comunican conscientemente.

Es una pedagogía de la sostenibilidad, de la optimización del aprendizaje, del descubrimiento, del autogobierno de todos sus participantes, donde el ilusionismo cultural deviene en consciencia existencial, pues no hay mejor contraoferta ante la vulneración de las obligaciones y derechos fundamentales que una sociedad dueña de sí misma.

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Escultores de la infancia

25 Miércoles Nov 2015

Posted by Patricia C. Mazzucchelli in Pedagogía egsencialista

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Etiquetas

Consciencia, Ego, esencia, infancia

Cuando era niña tenía los pies planos y mi madre, por prescripción profesional, decidió encargarme unas plantillas que, por aquellos años, sólo encajaban en ciertos modelos de zapatos que desafiaban los límites de lo considerado aceptablemente estético. Eso hizo que, ante la mirada bufona de ciertos niñ@s,tuviese la autoestima y, por extensión, el ego, por los pies.

Unos años después, las tediosas plantillas trascendieron a sugerencias profesionales de pases por quirófano para “enderezar” ese caminar.Creo que me salvó el hecho de que a mi madre le asustó que, tras la intervención, tuviese que volver a aprender a andar. Pero, ¿realmente creían que, con esas plantillas, yo de verdad había podido experimentar mi propio caminar?

Más allá de la anécdota, cargada de cierto simbolismo, de cómo durante años intentaron moldear mis pies que acababan doloridos, día tras día, probablemente porque no atinaron a encontrar la horma de mi calzado; la experiencia debió marcarme pues de aquella época podológica derivó, años más tarde, la pedagógica.

Tras años de formación y observación reflexiva y crítica como pedagoga, en constante espiral de aprendizaje, me reafirmo en que funcionamos mayoritariamente con nuestro  lado racional (hemisferio izquierdo), pese a que nuestra estructura es complementariamente bicéfala, de forma que principalmente nos guiamos por prejuicios perceptivos que nos aprisionan en los límites de la cultura dominante.

Durante la infancia calzamos a “nuestr@s” niñ@s (moldeamos) con zapatos (esquemas mentales y emocionales) diseñados por industrias de idiosincrasia capitalista (crear para vender no para crecer), sin ser conscientes que lo que se hizo con amor se acabará convirtiendo en un producto (una proyección de lo que el padre o madre quiso llegar a ser pero no pudo; o de lo estipulado y aceptado socialmente respecto los estereotipos; en cualquier caso, cualquier persona que no será ella misma). Sería la narrativa de Pinocho pero al revés, de carne y hueso a madera, infancia que viene al mundo con su esencia y pureza (naturalizar) que, con el tiempo, va perdiendo la conexión y la fascinación por la vida, por ser encajados en hormas que no le corresponden (desnaturalizar).

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El egsencialismo hace consciente y enfrenta esa realidad homogeneizadora. Es un paradigma pedagógico transgresor de estructuras rígidas, cuyo objetivo es arrojar luz sobre el ego y sobre la esencia; entendido el ego como el rol que la familia y la sociedad impone, consciente e inconscientemente, es decir, las expectativas generadas en las personas sin respetar su libertad, su naturaleza inherente y su potencial, esto es, su esencia.

Vamos a ver cómo anda tu egsencia…Para ello, voy a lanzar unas preguntas, a ver qué se mueve dentro de ti:

–¿Qué características hay en ti, adquiridas de otras personas de tu entorno más próximo? (P.ej. Si eres una persona miedosa, ¿crees que lo eres porque… ¿Inconscientemente aprendiste a serlo de alguien cercano…? ; ¿…A raíz de un suceso concreto, se disparó esa emoción y al no gestionarla de forma consciente se sobredimensionó…; ¿…Naciste con esa emoción potenciada…?)

–¿Qué características hay en ti que difícilmente podrías identificar en personas allegadas a ti? (P.ej. Si eres una persona más introvertida que todos/as los/as integrantes de tu entorno junto.)

–¿Con qué te percibes, sientes incómodo/a? Es decir, ¿cuántas cosas haces porque es lo que se espera de ti más que porque te sale de dentro hacerlo?

La infancia (información+arrogancia) acaba resultando una etapa donde la arrogancia cultural, por transmisión, informa de quién y cómo debes ser (ego), en lugar de acompañar en el descubrimiento y la consciencia de quién y cómo eres en realidad (esencia).

Y así es cómo nos convertimos en esculturas petrificadas y moldeadas por otr@s que, poco a poco, nos vamos desecando, acartonándonos, alejándonos cada vez más de nuestra capacidad de mutabilidad. Así es como hemos construido nuestros egos cristalizados que, ante una caída nos hacemos pedazos, pedazos de importancia personal (“no he conseguido ser lo que creí que debía ser”).

¡Cómo nos cuesta cambiar inercias que destruyen nuestras esencias! Por eso, el egsencialismo promulga una educación (profesorado, alumnado, familias y sociedad) de estructura ni vertical ni horizontal, sino mandálica, donde tod@s somos nuestr@s propi@s escultor@s, explorador@s que descubren en qué técnica/s sobresalen y eligen cuál desarrollar (el ego es un medio para ser lo que la esencia anima) para realizar en consonancia, sus propias creaciones.

Creer es crear y crear permite re·crear,a través del ego, la propia esencia, que sencillamente es, la alegría de SER. Ha llegado el momento de analizar si nuestra forma de estar en el mundo (ego), nos satisface y nos deja en paz con nosotr@s mism@s (esencia).

¿Sientes plenitud y alegría de vivir en TI?

lanzamiento

Desconozco la autoría de esta imagen.La tomo prestada hasta que alguien me ofrezca sólidos argumentos para que deje de ser una imagen Creative Commons. Gracias.

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